RAVIOLES
Sinopsis
Un domingo bajo el signo de Leo, un año antes del mundial del 78. Barrio periférico de
la Capital Federal, casitas bajas, pibes jugando al futbol en la calle. En una casa a mitad
de cuadra, viven los Shultz. Hoy es un día especial para ellos. La familia está esperando
la visita del hijo pródigo que hoy regresa… acompañado. Lleva un año… “ausente” y la
visita coincide con el cumpleaños de su madre. La casa está invadida por el olor a tuco
casero cocinándose desde temprano. Sobre la mesa, tapado con manteles están los
ravioles: seso, acelga y ricota (especialidad de Emilia). El postre, por costumbre lo
traen los invitados.
Dice Gabriel Scavelli
“Nos conocimos jugando un partido de futbol en el 82. ÉL me contó una historia que hace 40 años me acompaña (y atormenta), tan inverosímil como incongruente. El relato era impactante.
Creí apoderarme de la historia agregándole elementos propios.
Este relato siempre me desbordó y por eso contaba para emocionar; para ganar una discusión con algún descuidado cultor del orden… lo contaba y sentía que congelaba espectadores; lo contaba y sentía un poder inaudito. Como todo imperio que se hereda, la usé sin saber cómo se había engendrado.
Después de 40 años le conté esta historia a Osvaldo Peluffo… sé quedó perplejo y descubrió que allí había una obra de teatro.
Hoy, con la excusa del paso del tiempo, pretendemos lanzarla tan lejos como podamos.”
Dice Osvaldo Peluffo
“Tal cual relata Gabriel Scavelli, la historia quedó incrustada en nuestro imaginario.
En esa vuelta al hogar del hijo, donde los demonios te llevan de paseo por lo más íntimo de tu vida: de qué hablan? Cómo se miran? Cómo se llenan los silencios que esconden
gritos ahogados de impotencia?
Preguntas sin respuestas claras, en donde el horror está dibujado con la ironía de la trivialidad. Ficcionar ésta historia real fue un desahogo necesario para expresar la complejidad de los vínculos humanos en aquella época gris.
Una última pregunta: si ud hubiera pasado por la misma situación: qué hubiera hecho?”